La política de alianzas es un proceso que suma a las fuerzas políticas y sus ideologías con un objetivo claro: Conservar la hegemonía. Pero hay algo que no se dice y es completamente real: La política de alianzas tiene un precio muy alto.
Se requiere de un líder que tenga la capacidad de interpretar todas las lecturas y escenarios posibles, para poder proponer y responder a la altura de cualquier circunstancia. Aunque eso implique renunciar a tus aspiraciones y proyectos políticos.
Beto Catalán, ha manifestado su decisión de abandonar cualquier aspiración a la alcaldía de Chilpancingo. Pero en realidad esta decisión tiene algo entre líneas, tiene un mensaje poderoso. Pues mientras en otros partidos se lucha con uñas y dientes por una candidatura para poder “servir” de mejor manera al pueblo de guerrero, en la alianza existen personas que han entendido claramente que en el “ajedrez” de la política (como en la vida misma) a veces, y solo a veces, perdiendo se gana un montón.
En política nada está escrito. Lo hoy es, en un abrir y cerrar de ojos puede dejar de ser. Y si no pregúntenle a quienes ya se sentían en el ayuntamiento o en la silla curul y de repente llegó alguien más, (con un proyecto politico) mejor posicionado y con mayores probabilidades de ganar.
En medio de este tiempo tan cambiante, desleal y sin arraigo, es aún más necesario que los líderes reales e imparciales, sean protagonistas de la toma de decisiones que van a repercutir en el equilibrio de las fuerzas políticas que llegarán a ocupar los cargos, de los 3 niveles de gobierno, de nuestro Estado.
Pronto #Volveremos a saber de Beto Catalán y su proyecto personal. Ahora, toca presenciar el “efecto Beto Catalán” activo en cada consenso logrado para mantener la supremacía de la alianza PRD-PRI.
Señoras y señores, como un gran estratega político acostumbra decir: La política es así...