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Foto del escritorAna Daniela

El valor de una madre

10 de mayo, fecha de celebración para una de las creaciones más hermosas de la vida: nuestra madre.

Es el día ideal para comprarle regalos a mamá, llevarla a comer, llevarle mariachis, obsequiarle grandes ramos de flores, pasar el tiempo con ella y expresarle todo nuestro amor y cariño, es un día donde la algarabía reina en los hogares y donde la felicidad es la primera cosa que deseamos para nuestras madres.

Mamá es un pensamiento que enternece nuestros corazones y toca nuestras fibras más sensibles, el simple hecho de llegar a imaginar que mi madre no está conmigo, hace que las lágrimas empiecen a brotar de mis ojos inmediatamente.


Cada persona tiene una historia diferente y ha atravesado por su vida distintas circunstancias, pero lo que nunca cambia es el valor de nuestra madre, es algo tan sagrado y precioso; es el origen, la fe, la esperanza, la pureza, y también, es tan efímera como un cometa. ¿A caso no es el deseo universal que nuestras madres sean eternas?

El paso de mamá en nuestra existencia es corto, entre tantas dificultades que hay que superar en esta vida, deseo que al menos mi madre permanezca a mi lado por mucho tiempo.

Es cierto que hoy es un día muy especial, pero nuestras madres no solo existen el 10 de mayo, mamá debería ser honrada todos los días. Es bonito subir a nuestras redes sociales fotos con nuestra madre, una persona que demuestra amor y protección hacia su madre, inspira confianza y probablemente es alguien de quien no pensarías que obra mal. Pero... ¿Realmente esto significa amar a nuestra madre?

El amor que una madre siente hacia sus hijos es puro e incondicional, pero lamentablemente muchas veces no se puede decir que es recíproco de los hijos a la madre.

Estar con mamá, atenderla y cuidarla no es un compromiso social por obligación, es una cuestión de moral y valores personales, entre los que destaca: el agradecimiento. Nuestra madre nos dio la vida, nos crió y se encargó de nuestras necesidades materiales, es quien ha visto por nosotros en nuestros mejores y peores momentos, y como se dice desde tiempos inmemoriales: "madre en esta vida solo hay una". Es única e irrepetible en todos los sentidos, el sazón de mamá no lo encontrarás en ningún otro lado, los abrazos más cálidos no los recibirás de nadie más que no sea de tu madre, incluso, sus regaños, su forma peculiar de corregirte, su deslumbrante sonrisa y la forma singular en que te mira, son características propias de ese ser de luz que nos procreó.

Una transferencia monetaria, una ida a un restaurante, unas flores, un desayuno, no pueden compararse con el amor puro, la entrega y el sacrificio que hacen nuestras madres por nosotros y por todo lo que nos han dado, el valor de esos detalles materiales es solo, una mínima parte de lo que podemos regresarles.

Cuando buscamos cambiar algo de nosotros que no nos parece, no solemos decir que queremos ser mejores hijos, no es nuestro propósito decir: "hoy quiero empezar a comer saludable, pero también quiero ser una mejor hija, un mejor hijo".

Ser los mejores hijos no es postear una foto en redes sociales, no es solo visitar a mamá en este día, ser un mejor hijo es estar al pendiente de las necesidades de la persona que nos dio la vida, respetarla, compartir las bendiciones y amarla desinteresadamente demostrándolo con acciones.

Sí, hoy es un buen día para darle a mamá una caja de desayuno, las flores que tanto le gustan, los obsequios que tanto deseaba, pero también es un día para hacer conciencia sobre el tipo de hijos que estamos siendo, y para agradecer infinitamente al cielo, a Dios, a la vida, por tener a nuestra madre con nosotros.

Es cierto que no todo es color de rosa, a veces los regaños de mamá han sido hirientes, pero es porque solo quieren lo mejor para nosotros, a veces hemos dejado a mamá en segundo plano porque el trabajo, la fiesta y los amigos son más importantes, incluso hay días en los que las peleas con mamá son constantes, tal vez llegamos a levantar la voz atravesando los límites del respeto, entonces, el corazón de mamá ha sido herido poco a poco de esta forma. Mamá es el único ser en el mundo que no conoce el rencor hacia sus hijos, aun si su corazón fue lastimado a través de duras palabras y acciones hostiles, mamá no sabe qué es venganza, y generalmente, no entiende qué es la dignidad, ella perdona, incluso si el adversario es su propio hijo. Porque mamá es ese único ser que existe en el cosmos, merece un trato digno, y toda nuestra piedad filial.

Nacimos del vientre de nuestra madre, nos formamos de su sangre, de sus células y de su piel, desde aquel momento, compartimos el vínculo preciado de la vida al estar conectados en un solo cuerpo, quienes somos ahora, nuestra esencia, el origen de nuestros pensamientos más profundos, nuestras capacidades, nuestros tejidos, provienen de nuestras progenitoras.

Este 10 de mayo abracemos fuertemente a mamá y expresémosle todo nuestro amor, pero también procuremos hacerlo todos los días, agradezcamos su presencia y honrémosla con fervor, hasta que la vida así nos lo permita.


¡Feliz Día de las Madres!

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