A pocos días de terminar la administración de Héctor Astudillo empiezan a sacar cobre todos los que decían ser amiguísimos de años.
Hace unos dias se hizo circular una llamada telefónica, ocurrida posterior al nombramiento de Mario Moreno Arcos, como candidato al gobierno de Guerrero, por la coalición PRD- PRI en Guerrero.
La editaron, sacaron de contexto varias cosas, pero el efecto que se buscó, se logró.
Tengo en mi poder 10 declaraciones de gente cercana a Morena que ya mienta madres y hace un retrato del momento que se vive al interior de esa organización donde los quejosos, reclaman haber trabajado en favor, primero de Félix Salgado Macedonio, entregando cuantiosas cantidades de dinero, sirviendo de chofer, haciendo comilonas, trasladando gente a votar, generando condiciones para el apoyo a la ahora candidata electa, para su triunfo y han quedado relegados de los nombramientos a puestos de relevancia.
Al revisar sus declaraciones, entiendo que todos se sienten generales.
“Hemos quedado fuera”, es la frase que más se escucha entre los grupos que hicieron talacha, trabajo organizativo, convencieron a personas y realizaron coperachas y apoyos diversos, y se quejan de que los priistas y panistas o gente cercana a ex gobernadores de Guerrero, se han apoderado de lo mejor que se puede otorgar.
¿Quién decide los nombramientos? Es evidente y obvia la respuesta.
Luego de hacer un análisis de la grabación, del contexto en que se hizo y el momento de su liberación, se entiende que hay interés de buscar generar división en el PRI, por eso se compró el contenido. Luego entonces, a partir de ahí, se entiende quién se beneficia con su distribución.
No veo a un PRI dividido. Si veo a un PRI que perdió, pero ya ha ocurrido y no los veo matándose ni acusándose de nada. Observo que los casi 600 mil votos, los coloca como interlocutores en todos los ámbitos. En el Congreso, en los municipios y en la toma de decisiones.
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