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Trump intensifica la escalada contra China al prohibir las transacciones con TikTok y WeChat


Un episodio más se suma a la escalada de las tensiones entre Pekín y Washington que desde hace tiempo se encaminan hacia una nueva Guerra Fría.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó la noche del jueves dos órdenes ejecutivas que prohíben a las empresas estadounidenses hacer transacciones con las compañías chinas ByteDance, propietaria de la plataforma de vídeos cortos TikTok, y con Tencent, a la que pertenece la aplicación de mensajes WeChat. El decreto presidencial, que entra en vigor en 45 días, ha sido justificado por la Casa Blanca como una medida de protección a “la seguridad nacional, la economía y la política exterior” de Estados Unidos.


La medida supone un nuevo paso en el rápido deterioro que ha experimentado en las últimas semanas la relación bilateral entre ambas potencias, que atraviesa su momento de mayor tensión desde el establecimiento de relaciones diplomáticas en 1972. Trump ha acusado recientemente a las sedes diplomáticas chinas de espiar en territorio estadounidense y ahora ha apostado por señalar a las tecnológicas del gigante asiático que han cobrado popularidad entre los estadounidenses, de cada a las elecciones de noviembre. China, por su parte, ha negado las acusaciones del presidente de EE UU, pero ha respondido con medidas igual de duras.


Trump ha pasado de mantener una guerra comercial con Pekín a poner la mira en las plataformas chinas. “Estados Unidos debe tomar medidas agresivas contra los propietarios de TikTok para proteger nuestra seguridad nacional”, señalaba la orden firmada por el presidente. La semana pasada, Trump amenazó con prohibir el uso de TikTok en Estados Unidos asegurando que la aplicación estaba robando los datos de los usuarios para entregárselos al Gobierno de China. Algo que la compañía y Pekín han negado.

Tras la advertencia, Microsoft levantó la mano para negociar la compra de la plataforma y su consejero delgado, Satya Nadella, se puso al teléfono con Trump para comunicarle las intenciones de la tecnológica de salvaguardar la información de la aplicación en Estados Unidos.


La nueva orden aumenta la presión para que Microsoft y ByteDance lleguen a un acuerdo pronto, al fijar una fecha para el cese de las operaciones de la firma china en EE UU. Trump ha echado mano de su experiencia como empresario de bienes raíces y ha puesto un par de condiciones a las tecnológicas: que parte de los beneficios de la transacción vayan al Tesoro de EE UU y que lleguen a una decisión a más tardar el 15 de septiembre. En el caso de WeChat la sorpresa ha sido mayor. Este veto supone un fuerte golpe a esta metaplataforma omnipresente en China, la cual encauza gran parte de la comunicación con comunidades en la diáspora, uno de los pocos puentes digitales tendidos entre el gigante asiático y el resto del mundo.


“Un acto evidente de intimidación al que nos oponemos con firmeza”. Así ha calificado el Gobierno chino el ultimátum lanzado por Trump, una amenaza que podría ser replicada por China y profundizar en la fragmentación global de Internet. “Bajo el pretexto de la seguridad nacional, Estados Unidos utiliza con frecuencia el poder nacional para reprimir de manera irracional a las empresas extranjeras”, ha declarado Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, en la rueda de prensa diaria de la institución.

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